¿Eres de es@s que no pueden evitarlo?
¡Pues, bienvenid@ al club!
Desde aquí admito sin complejos que eso de «darle mil vueltas al tarro» ha sido pasatiempo de mi mente desde que me reconozco como ser pensante.
Mientras sigo aprendiendo a pedir tiempo, a sonreír con guiño a «Arnold» (*) cuando se cuela entre las neuronas para jugar una de esas partidas en la que las vueltas ya marean (¡jaja!), encuentro divertimento en perderme entre ellas para saltar y dar «volteretas» de izquierda o derecha, en paralelo… y disfrutar de la creación placentera que provoca momentos de alegría . Y en esas estamos, una de cal, una de arena… Gustando y degustando como observadora «externa» la doble vía.
Pero, tranquilos, que no vamos a andarnos hoy entre las ramas «sinapséticas» (menudo palabro)… ¡Al menos entre las que enredan sin encontrar salida! Valen eso sí las que nos invitan a subir alto y pasarlo tan bien tanto como un niñ@. ¡Arriba la imaginación!
Y siguiendo con el símil… Valen y mucho también las apuestas que dan mil vueltas al tarro literal, el de cristal, Reutilizable, reciclable. Continente perfecto para mil y una creación nueva, reinventada, o re-construida.
Porque de esto va el mini recetario que con la colaboración inestimable de Adela, de Pinhole Ideas desordenadas y la confianza que ha depositado en Deliciosamente rural el equipo Promove, empieza a visualizarse como proyecto previo a otro algo más extenso del que espero hablaros en un futuro no muy lejano. Los beneficiarios de esta guía, de momento, serán los establecimientos hoteleros y hosteleros que han apostado por un tipo de turismo sostenible (¿por qué otro si no íbamos a apostar?) en el norte de Galicia dentro de un programa de acciones con el nombre «Turismo Slow Norte de Galicia», pero con la venia… iré compartiendo próximamente con vosotros alguno de sus secretos por aquí o en la redes sociales de Deliciosamenterural (Instagram: @deliciosamenterural y Facebook: http://facebook.com/deliciosamenterural)
Mientras… Aquí os dejo un bocadito, para ir abriendo boca…
¿Quién dijo que no es saludable?
¡No seré yo!
(*) Como llamaría Manuel Vilas en su libro «Alegría» a esa mente en su versión más traviesa o enrevesada
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