Dicen que entre las ramas del sauco habitan hadas elfos… ¿Quién sabe? Lo cierto es que algunas culturas pre-cristianas consideraban al sauco un árbol mágico y tal vez por eso, plantaban siempre uno cerca de sus casas.
Su nombre deriva del nombre científico sambucus nigra y a su vez, el término sambucus deriva del griego sambuké, que significa flauta; debido a que antiguamente este instrumento era fabricado con las ramas del saúco. ¿Develaría el secreto algún duende de esos que bailan sin parar al son de la música?😉
Son muchas las bondades que se atribuyen a este árbol. Las flores se pueden tomar en infusión, tintura y extracto fluido. Las bayas o frutos, de color violeta oscuro casi negro, se consumen en decocción, jugo o jarabe. También podemos hacer mermelada con ellas (teniendo cuidado de no utilizar las semillas, es decir, de tamizar bien la pulpa que obtenemos al cocer los frutos).
Cuando cada año llegan las flores blancas de aroma intenso del sauco, no puedo evitar trasladarme a la infancia y a la refrescante bebida de sauco que tanto se aprecia y disfruta en los países nórdicos.
No hay casa en el rural sueco que no aproveche la temporada para preparar su “saft” o jarabe. Aunque la receta es sencilla y tal vez podáis encontrar alguna en internet, comparto con vosotros en este espacio la de una querida amiga de mis abuelos a la que recuerdo por su jovialidad y amplia sonrisa. Es su receta la que quedó escrita en las páginas del recetario familiar.
En su recuerdo y el de mis abuelos…
“SAFT DE SAUCO DE MÄRTA”
- 300 gr de flores de sauco (sólo las flores)
- 3 limones
- 1 kg de azúcar
- 20 gr de ácido cítrico
- 1 ½ l de agua
Utiliza sólo las flores de la planta.
Procura cogerlas al atardecer cuando les da el sol (este punto no es estrictamente necesario pero entendemos que es el momento de “esplendor” de la planta).
Deja estas flores en agua fría con un poco de sal.
Enjuágalas debajo del grifo (agua fría).
Coloca las flores, el limón cortado en rodajas y el azúcar (ya puestos a “pecar”, ¡jaja! con tanto azúcar ¡que por lo menos sea ecológico!) en un cazo o cuenco grande de cristal.
Hervir el agua y echarla sobre la mezcla anterior.
Tapar el cazo o cuenco con una tapa que cubra bien todo.
Déjalo reposar en un lugar fresco donde no le de la luz directamente durante 4-5 días.
Remueve un poco cada día la mezcla.
Una vez pasado este tiempo, cuela el líquido utilizando un colador de tela y guarda el jarabe en frascos de cristal.
Conserva en la nevera. También puedes congelarlo.
Para utilizarlo, echa un poquito de jarabe en un vaso (un cm por ejemplo o más si prefieres que el sabor sea más intenso. Busca tu propia medida!) y añade agua fría.
https://www.facebook.com/deliciosamenterural/videos/467447333690928/
¿Te animas a probar?
¡Salud!
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