No os asustéis que no vuelvo a la carga con «¡Encarna!»… ¡Jaja!
¡Lo que dieron de sí aquellas empanadillas!
De empanadillas va la cosa esta vez sí. De la aparente fragilidad de su envoltorio.
Os comentaba hace unos días que legó a casa un cargamento de salud. La Finca ecológica Almacil en Elche, adaptándose a los tiempos que corren ha extendido su radio de acción acercando el producto de su huerta a algun@s que vivimos un poquito más lejos.
Cuando llegó el pedido no pude evitar colocarlos sobre una mesa para disfrutar de los colores y las formas. ¡Menudo bodegón!
No sé a vosotros pero a mi me parece un lujo tener esto a mi alcance. ¡Me emociono! Salud, sabor, color, belleza, frescura… Y la satisfacción de saber que quienes cuidan del terreno que las produce, respetan el medio ambiente. Cuidan el suelo, la tierra.
Como veis, las acelgas esta vez son bien protagonistas. ¡Qué colorido!
Hay muchas formas de prepararlas para disfrutar su sabor. Os recuerdo que la receta del pastel de acelgas de Doña Maria está colgada en uno de los últimos post de instagram. Animaros a prepararlo. Es muy fácil y está muy rico.
«Bueno, ¿pero no ibas a hablarnos de empanadillas?»…
Parecía que no pero parece que al final sí me ando por las ramas como Millán, ¡jaja!
Todo llega…
Os cuento y matizo algún detalle que me susurraron al oído.
EMPANADILLAS DE ACELGAS ROJAS Y TOMATE SECO (8 pax)
Para la masa:
- 150 g harina de trigo de fuerza
- 150 g harina de centeno
- 1 c cúrcuma molida
- 3/4 C levadura seca de panadería
- 90 ml leche de almendra sin azúcar
- 90 ml AOVE
- 1 C zumo limón
- Una pizca sal
Para el relleno:
- Un manojo de acelgas rojas
- 1 cebolla roja
- 3 tomates secos rehidratados
- 1 c orégano seco
- 1 c albahaca fresca o seca
- 2 C AOVE
- Sal y pimienta
Preparamos primero el relleno (si lo hacemos el día anterior toma más sabor):
- Sofreir a fuego lento la cebolla roja cortada en juliana.
- Dejar los tomates secos en remojo unos minutos. Retirar el agua y cortar en trocitos. Añadir a la cebolla. Salpimentar al gusto.
- Cortar las acelgas e incorporar al sofrito hasta que todo esté bien hecho.
- Apartamos y dejamos enfriar
Preparamos la masa:
- Apartamos un poco de harina y añadimos la levadura seca y un poquito de leche de almendras tibia. Dejamos reposar.
- Mientras tamizamos el resto de los ingredientes secos y batimos por otro lado el aceite y la leche de almendra.
- Una vez lista la mezcla líquida, incorporamos la levadura que hemos deshecho y removemos con cuidado.
- Ahora mezclamos todo. Si es necesario añadimos un poco más de leche de almendra para conseguir una masa homogénea.
- Trabajamos un poco la masa y hacemos dos bolas que envolveremos en papel film. Dejamos en la nevera una media hora.
Y ahora viene lo que me susurraron las empanadillas…
Cuando saquemos la masa del frigorífico, desenvolvemos y hacemos cuatro particiones de cada bola. Nos quedarán ocho bolitas.
Con el rodillo vamos extendiendo la masa.
«Me estoy quebrando…» Dice…
«Cuidado, por favor… Trátame con suavidad y confía en mí».
Oído cocina… Con cuidado, «cerrando grietas», extendiendo si forzar, volviendo a unir las piezas que parecen que se rompen sin remedio…
Y sí, es cierto, finalmente todo amalgama… Y se va creando una base firme que acoge con gusto.
Colocamos un poquito del sofrito de acelgas en cada base y vamos cerrando, con el mismo cuidado.
«No buscamos la perfección. Sólo queremos cerrar capítulo».
¡Me parece perfecto!
Para dar un poco de brillo a las artistas, las pinté con un poquito de huevo. Si no queréis usar huevo, simplemente quedarán más mate.
Y ahora, a hornear…
175ºC (horno previamente caliente) unos 45 minutos o hasta que observéis que la masa está dorada y bien hecha.
¡Mmmmmm…! ¡Cómo huele a panadería!
Para comer te sugeriría acompañarlas de una ensalada rica, con algo de queso fresco por ejemplo.
¡Buen provecho! Y ¡salud!
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