Retomo este espacio blog para compartir con vosotros un nuevo proyecto en el que estoy trabajando y que me hace mucha ilusión.
En muchos lugares del mundo y en nuestro país en particular la gastronomía, esta parte más o menos festiva que da sabor a la vida, ha entrado a formar parte muy importante del día a día. Ya no sólo buscamos alimentarnos, que ya en sí es un privilegio, sino que queremos más. Deseamos que el acto de comer se convierta en una experiencia en sí misma.
Nos interesa además conocer qué comemos, de dónde vienen los productos que ingerimos tal cual o transformados. Si son saludables o no, que nos cuenten una historia detrás de ellos, de los platos en los que se integran. Que no sólo nos ofrezcan calidad sino que cuiden la presentación de lo que se nos ofrece en la mesa.
Desde hace años afortunadamente he tenido la oportunidad de sumergirme en el medio rural de un rincón privilegiado del norte de Galicia con el que siento una profunda conexión. El proyecto de turismo rural en que estuve embarcada durante años me dio la oportunidad de conocer de cerca todo esa cadena de valor que nos une al producto de tierra, a apreciarlo y valorarlo como nunca antes lo había hecho. Comos sabéis de ahí se nutre con fuerza y crece este proyecto @deliciosamenterural.
Hoy en día, como muchos de vosotros, siento una profundo respeto por quienes mantienen vivo el medio rural tocando la tierra. Por quienes con vigilancia activa ayudan a los cultivos para que el fruto llegue hasta nosotros limpio y lleno de nutrientes.
Teniendo muy presentes a estas personas y el entorno en el que trabajan, llevaba tiempo dando vueltas a hacer un homenaje especial. También a la naturaleza, a sus ciclos, a su «dejarnos hacer» cuando tratamos de domarla de la manera más natural posible, con respecto para recibir alimento de verdad (real food).
Y qué mejor manera, desde @deliciosamenterural que compartiendo recetas saludables, muy «veggies» que saquen a la pasarela a esta protagonista indiscutible de la salud, la huerta, en este caso de dos comarcas al norte del norte.
De la mano de profesionales que confían en @deliciosamenterural y su misión, la de conectarnos con la naturaleza a través de los sentidos utilizando de manera particular la «artesanía gastronómica» como vehículo, en los próximos meses trabajaremos para haceros llegar una guía no sólo con un buen montón de recetas prácticas, sencillas y muy «verdes», sino reflexiones, poesía e imágenes que las acompañen… con ese deseo último de re-enamorarnos o enamorarnos del rural de donde surgen.
¡Va por vosotros!
Y para muestra… Un «bowl» con anticipo de receta:
CREMA DE REMOLACHA QUE NO QUEDARÁ EN AGUA DE BORRAJA
INGREDIENTES:
- 1 cebolla
- 1 1/2 remolachas
- 3 zanahorias
- 1 manzana
- 2 dientes de ajo
- un trocito de jengibre rallado
- 1 1/2 litro de agua
- 200 ml leche de coco
- 3 cucharadas de AOVE
- Sal y pimienta al gusto
- Avellanas tostadas en trozos
- Flores de borraja
- Picar el ajo, la cebolla y el jengibre. Rehogar.
- Añadir el resto de las verduras cortadas en trozos pequeños y remover un par de minutos.
- Añadir el agua. Cuando arranque a hervir, bajar el fuego y que siga cociendo hasta que las verduras estén hechas.
- El agua debe quedar cubriendo las verduras (no mucho más). Si sobra, apartar un poco.
- Batir todo y añadir a este puré la leche de coco.
- Dejar cocer unos 5 minutos. Sazonar al gusto y remover
- Tostar unas avellanas y trocearlas. Utilizarlas como «topping» junto a algunas flores de borraja y un chorrito de AOVE y pimienta.
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